Aromas que cuentan historias

El sentido del olfato suele ser uno de los más olvidados, generalmente le damos más importancia a la vista o al oído, pero los olores están muy ligados a la memoria y consiguen evocar recuerdos que parecía que ya estaban olvidados. ¿A quién no le ha pasado que al oler un determinado aroma le han evocado momentos de su infancia? El recuerdo de los olores es mucho más potente que el de una imagen o sonido, es una emoción distinta, ya que recordamos el 35% de lo que olemos. Esto se debe a que los aromas se procesan en nuestro cerebro mediante las conexiones con el sistema límbico encargado de regular las emociones o la memoria, lo que hace que emoción y olfato estén estrechamente ligados.

En el marketing, las fragancias han adquirido una posición central para muchas marcas. En un mundo donde los consumidores están constantemente bombardeados con mensajes visuales y auditivos, el sentido del olfato se convierte en una herramienta poderosa para generar identidad de marca y fidelidad.

Un aroma bien diseñado puede despertar recuerdos, emociones y sentimientos que quedan impresos en la mente de los consumidores, ofreciendo una conexión más profunda y duradera. Algunas marcas han sabido aprovechar esto y han desarrollado fragancias únicas para diferenciarse y mejorar la experiencia y la percepción del consumidor.

Rolls Royce

Uno de estos casos es la marca de automóviles de lujo Rolls Royce, extendiendo su exclusividad incluso a su fragancia interior. El fabricante de vehículos ha desarrollado un aroma único para la cabina de sus vehículos, diseñado específicamente para evocar sensaciones de elegancia y sobre todo para evocar olores característicos que sus clientes relacionan con la firma. Cuando la compañía empezó a reemplazar las piezas de carpintería de sus coches, muchos consumidores estaban insatisfechos y la razón fundamental era que ya no olían a madera. Los modelos de Rolls Royce se rocían con una fragancia que combina notas de cuero fino, madera pulida y otros elementos. Este aroma distintivo refuerza la experiencia de conducción y refuerza la promesa de lujo y exclusividad de la marca.

Esta fragancia también se usa cada vez que un vehículo pasa por el taller rociándolo para que al recogerlo parezca que acaba de salir de fábrica. Estos detalles resaltan el compromiso de Rolls-Royce de ofrecer una experiencia de lujo completa a sus clientes, diferenciándose de otras marcas automotrices. Este aroma no solo representa su valor, sino que también permite a los conductores y pasajeros experimentar la esencia de la marca en cada trayecto.

Abercrombie & Finch

Otros ejemplos de uso de aromas reconocidos son los de los comercios de ropa. Uno de los casos más famosos es el de las tiendas de Abercrombie & Fitch. Esta cadena de moda para jóvenes fue pionera en el uso de su fragancia “Fierce”, característicamente amaderada y fresca, en todas sus tiendas. Los clientes que visitaban los establecimientos se sumergían en un ambiente multisensorial donde el aroma creaba una experiencia inmersiva y única, que se coordinaba perfectamente con su imagen de marca juvenil, aventurera y enérgica.

La fragancia no solo estaba en las tiendas, sino que también impregnaba la ropa, asegurando que los clientes se llevaran un «recuerdo olfativo» a casa. Este aroma característico se convirtió en un distintivo tan fuerte que, incluso sin ver el logotipo, muchos podían identificar la marca con solo oler la fragancia. Este recurso ayudó a Abercrombie & Fitch a posicionarse como un símbolo de juventud, creando una identidad memorable.

A pesar de todo el éxito, con el tiempo la compañía se vio obligada a reducir la intensidad de olor en sus establecimientos debido a la protesta de algunos de sus clientes, pero la fragancia “Fierce” sigue siendo un pilar importante de marketing en la empresa.

Cine

Quien también ha aplicado esta estrategia es la compañía Cinépolis, utilizando el olor de las palomitas de maíz como elemento inseparable de la experiencia de ir al cine. Este aroma se difunde estratégicamente por el lobby y las salas actuando como un potente detonador emocional. Desde el momento en que se percibe, el olor a palomitas activa en los espectadores una sensación de anticipación y disfrute, preparándolos para la experiencia de ver una película.

Numerosos estudios demuestran que el aroma de las palomitas aumenta el deseo de consumir y eleva la percepción de la experiencia general del cine, reforzando la lealtad del cliente. Así, el simple olor de este snack actúa como un símbolo del séptimo arte, evocando recuerdos y asegurando que la visita al cine sea más que ver una película, sino una experiencia multisensorial completa.

El uso del olfato en marketing revela un poder único de las marcas que buscan dejar una huella duradera en la mente y memoria de los consumidores. A través de fragancias cuidadosamente seleccionadas, las marcas pueden evocar emociones, recuerdos y hasta experiencias completas, diferenciándose en un mercado saturado de estímulos visuales y auditivos.

Desde el lujo de un Rolls-Royce hasta la frescura de Abercrombie & Fitch o el aroma a palomitas en el cine, el sentido del olfato se convierte en un aliado estratégico. Las marcas que logran integrar este sentido en sus identidades ofrecen no solo productos, sino experiencias que conectan emocionalmente y crean vínculos profundos, consolidando su lugar en la vida y memoria de sus clientes